Aunque la comida no puede curar patologías como la artritis, sí puede hacer que la enfermedad sea más llevadera y ayuda a evitar que se complique. Así que pon mucha atención porque comer bien para tu artritis y salud en general, tiene mucho que ver con lo que pones en tu carrito de compras.
Muchos de los compuestos presentes en los alimentos que te mostramos a continuación pueden agravar los síntomas de la artritis, sin embargo, antes de hacer una dieta especial, consulta con tu médico:
Productos lácteos
Leche, queso, yogures, tienen proteínas que pueden irritar o debilitar tejidos alrededor de las articulaciones y podrían tener efectos negativos para tu artritis. Prueba quitando estos alimentos durante un tiempo y verifica los resultados.
Las legumbres, como quinua, lenteja o frijoles, vegetales de hoja verde, tofu, o frutos secos. Pueden ser una buena alternativa.
Carne
La carne roja es alta en hierro, y este mineral causa daños en los tejidos; lo que podrá desencadenar en hinchazón y dolor en el cuerpo.
Fritos y procesados
A este tipo de alimentos se les añade sales, aceites, azúcar, aditivos, y conservantes, por lo que son disparadores de inflamación. Contienen gran cantidad de Grasas Trans que se encuentran en los alimentos elaborados industrialmente como snacks salados, como papas fritas, galletas, pizzas, margarinas, barritas de cereales, hamburguesas, empanadas y productos pre-cocidos como canelones y croquetas, entre muchos otros.
En conclusión, debes aprender a comprar y a leer las etiquetas de los productos para ayudar a mejorar tu condición y bienestar. Por eso cuando vayas a mercar incluye en tu carrito de compras:
Legumbres: frijoles, garbanzos, habas, lentejas, soya, etc.
Cereales integrales: Arroz, semillas de todo tipo, maíz, avena, centeno, cebada, quínoa, etc.
Verduras: Raíces, como la yuca; tubérculos, como la papa; bulbos, como la cebolla; tallos, como el espárrago; brotes o germinados como la alfalfa; hojas como las espinacas y flores como el brócoli.
Frutas: Frescas o deshidratadas como las pasas y orejones, frutos secos como las nueces, las almendras, los pistaches, etc.
Setas: Enoki, champiñones, shiitake. etc.
Y no olvides, que si quieres hacer un cambio especial en tu dieta, lo mejor es consultar con tu profesional de la salud.